La
criminología como ciencia empírica utiliza un método de investigación cuyo
soporte son la observación y la experimentación, es decir un método
empírico-inductivo.
“Tal cual, aporta
una información válida, fiable y contrastada sobre el problema criminal; información obtenida gracias a un método (empírico) que descansa en el análisis
y observación de la realidad. No se trata, pues, de un arte, o de una praxis,
sino de una genuina ciencia. Precisamente por ello, la Criminología dispone de un objeto de
conocimiento propio, de un método o métodos y de un sólido cuerpo de doctrina
sobre el fenómeno delictivo, avalado, por cierto, por más de cien años de
investigaciones en la humanidad.
Pero esto no
significa que la información suministrada por la Criminología deba reputarse exacta, concluyente o definitiva.
No busca
exactitud sino probabilidad, ofrecer una información válida y fiable.
La Criminología
adquirió autonomía y rango de ciencia cuando el positivismo generalizó el empleo del método empírico, esto es, cuando el análisis, la
observación y la inducción sustituyeron a la especulación y el silogismo,
superando el razonamiento abstracto, formal y deductivo del mundo clásico.
Que la Criminología
pertenezca al ámbito de las ciencias empíricas significa, en primer lugar, que
su objeto (delito, delincuente, víctima y control social) se inserta en el
mundo de lo real, de lo verificable, de lo mensurable, y no en el de los valores. Que
cuenta con un sólido substrato ontológico, presentándose al investigador como un hecho más,
como un fenómeno de la realidad”. (Mendoza, 2008)
Mendoza, L. H. (2008). LA CRIMINOLOGÍA, CIENCIA
EMPÍRICA. Retrieved febrero 28, 2016, from WordPress:
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